Resumen
La oración de la Manto sagrado de San José es una hermosa manera de une a tu familia bajo su protección. Reúna a todos en un lugar tranquilo, encienda una vela y observe un momento de silencio. Lee la oración despacio y con claridad, invitando a tu familia a escuchar y reflexionar. San José, conocido por su humildad y su fe, puede guiar a tu familia a través de los desafíos. Rezar juntos con regularidad puede estrechar lazostraer la paz y fomentar un sentimiento de unidad. Muchas familias han encontrado la curación y la tranquilidad a través de esta práctica. ¿Quiere descubrir cómo esta oración puede transformar el camino espiritual de su familia? Siga leyendo.
El Manto Sagrado a San José: Oración completa
INICIO DEL MANTO SAGRADO
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
JesúsJosé y María, os doy mi corazón y mi alma;
Jesús, José y María, ayudadme en mi agonía final;
Jesús, José y María, que mi último alimento sea la Sagrada Eucaristía;
Jesús, José y María, que mi alma parta en paz con vosotros.
3 Gloria a la Santísima Trinidad para dar gracias por haber elevado a San José a una dignidad bastante excepcional.
Aquí estoy, oh gran Patriarca, postrado devotamente ante ti. Te presento este precioso Manto y al mismo tiempo te ofrezco el propósito de mi fiel y sincera devoción. Todo lo que pueda hacer en tu honor, durante mi vida, me propongo realizarlo, para demostrarte el amor que te tengo. ¡Ayúdame, San José! Ayúdame ahora y durante toda mi vida, pero sobre todo ayúdame en la hora de mi muerte, como fuiste ayudado por Jesús y María, para que un día pueda honrarte en la patria celestial por toda la eternidad. Amén.
Oh Glorioso Patriarca San José, postrado ante ti, te presento devotamente mi homenaje y comienzo a ofrecerte esta preciosa colección de oraciones, en recuerdo de las innumerables virtudes que adornan tu santa Persona. En ti se cumplió el misterioso sueño del antiguo José, que era una figura anticipada de ti: pues no sólo el divino Sol te rodeó con sus rayos más radiantes, sino que también la mística Luna, María, te iluminó con su dulce luz. Glorioso Patriarca, si el ejemplo de Jacob, que fue en persona a regocijarse con su amado hijo exaltado sobre el trono de Egipto, sirvió para atraer a él a los demás hijos, ¿no servirá también el ejemplo de Jesús y de María, que te honraron con toda su estima y con toda su confianza, para atraerme a las devociones en tu honor? Oh gran Santo, que el Señor vuelva sobre mí una mirada benévola. Y como el antiguo José no echó fuera a los hermanos culpables, sino que los acogió lleno de amor, los protegió y los salvó del hambre y de la muerte, así tú, oh glorioso Patriarca, por tu intercesión, haz que el Señor no me abandone en este valle del destierro. Obtén para mí la gracia de estar siempre entre tus devotos siervos que viven serenamente bajo el manto de tu protección, todos los días de su vida y en el momento de su último suspiro. Amén.
ORACIONES
1) Salve, oh glorioso San José, depositario de los incomparables tesoros del Cielo y padre putativo de Aquel que alimenta a todas las criaturas. Después de María Santísima, eres el Santo más digno de nuestro amor y merecedor de nuestra veneración. De todos los santos, sólo tú tuviste el honor de criar, guiar, nutrir y abrazar al Mesías que tantos profetas y reyes anhelaban ver. San José, salva mi alma y alcánzame de la misericordia divina la gracia que humildemente imploro. Te suplico también por las benditas Almas del Purgatorio: alivia sus sufrimientos.
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
2) Oh poderoso San José, que fuiste declarado patrono universal de la Iglesia, te invoco entre todos los santos como el más firme protector de los pobres, y bendigo mil veces tu corazón, siempre dispuesto a socorrer toda clase de necesidades. Oh querido San José, a ti recurren la viuda, el huérfano, el abandonado, el afligido; no hay dolor, angustia o desgracia que no hayas socorrido misericordiosamente. Dígnate, pues, utilizar en mi favor los medios que Dios ha puesto en tus manos, para que pueda obtener la gracia que te pido. Santas Almas del Purgatorio, suplicad por mí a San José.
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
3) Tú, oh querido Santo, a tantos miles que te han rezado antes que yo, les has dado consuelo y paz, gracias y favores. Mi alma, triste y afligida, no encuentra descanso en medio de las angustias que la oprimen. Tú conoces todas mis necesidades, incluso antes de que las exponga en la oración. Tú sabes cuánto necesito la gracia que te pido. Me postro ante ti y suspiro, oh querido San José, bajo la pesada carga que me oprime. Ningún corazón humano está abierto para mí, al que pueda confiar mis penas, y aunque encontrara compasión en alguna alma compasiva, no podría ayudarme. A ti, por tanto, recurro y espero que no me rechaces, pues Santa Teresa dijo y dejó escrito en sus memorias: "Cualquier gracia que pidas a San José, ciertamente te será concedida". San José, Consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor y piedad de las Santas Almas del Purgatorio que tanto esperan de nuestras oraciones.
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
4) Oh gran Santo, por tu perfecta obediencia a Dios, ten piedad de mí. Por tu santa vida llena de méritos, escúchame; por tu queridísimo nombre, ayúdame; por tu clementísimo corazón, socórreme; por tus santas lágrimas, confórtame; por tus siete dolores, ten compasión de mí; por tus siete alegrías, conforta mi corazón. De todo mal del alma y del cuerpo líbrame; de todo peligro y desgracia apártame. Socórreme con tu santa protección y alcánzame, con tu misericordia y poder, lo que necesito y especialmente la gracia que particularmente necesito. Te ruego de nuevo, querido San José, que intercedas por las Santas Almas del Purgatorio y obtengas su pronta liberación de sus sufrimientos.
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
5) Oh bendito San José, innumerables son las gracias y favores que obtienes para los pobres afligidos. Los enfermos de toda clase, los oprimidos, los calumniados, los traicionados, los privados de todo consuelo humano, los miserables necesitados de pan o de sustento, imploran tu real protección y sus peticiones son concedidas. No permitas, oh San José queridísimo, que yo sea el único, entre tantos benéficos, que permanezca privado de la gracia que te he pedido. Muéstrate poderoso y generoso también conmigo, y yo, agradeciéndote, exclamaré: "Viva el glorioso Patriarca San José, mi gran protector y particular libertador de las Santas Almas del Purgatorio".
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
6) Oh Divino Padre Eterno, por los méritos de Jesús y María, dígnate concederme la gracia que imploro. En los Nombres de Jesús y de María, me postro reverente ante Tu divina presencia y Te suplico devotamente que aceptes mi firme decisión de perseverar en las filas de los que viven bajo la protección de San José. Bendice, pues, el precioso Manto que hoy le dedico como prenda de mi devoción.
3 Gloria
JACULATORIO - Oh San José, defiende a la Santa Iglesia de todas las adversidades y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros.
PIADOSAS SÚPLICAS - EN MEMORIA DE LA VIDA OCULTA DE SAN JOSÉ
San José, ruega a Jesús que entre en mi alma y la santifique.
San José, ruega a Jesús que entre en mi corazón y lo inflame de caridad.
San José, ruega a Jesús que entre en mi inteligencia y la ilumine.
San José, ruega a Jesús que entre en mi voluntad y la fortalezca.
San José, ruega a Jesús que entre en mis pensamientos y los purifique.
San José, ruega a Jesús que entre en mis afectos y los gobierne.
San José, ruega a Jesús que acuda a mis deseos y los dirija.
San José, ruega a Jesús que entre en mis acciones y las bendiga.
San José, obtén para mí de Jesús su santo amor.
San José, alcánzame de Jesús la imitación de tus virtudes.
San José, alcánzame de Jesús la verdadera humildad de espíritu.
San José, alcánzame de Jesús la mansedumbre de corazón.
San José, alcánzame de Jesús la paz del alma.
San José, obtén para mí de Jesús el santo temor de Dios.
San José, alcánzame de Jesús el deseo de la perfección.
San José, alcánzame de Jesús la mansedumbre de carácter.
San José, alcánzame de Jesús un corazón puro y caritativo.
San José, obtén para mí de Jesús el amor del sufrimiento.
San José, obtén para mí de Jesús la sabiduría de las verdades eternas.
San José, alcánzame de Jesús la perseverancia en el bien.
San José, obtén para mí de Jesús la fuerza para soportar las cruces.
San José, obtén para mí de Jesús el desprendimiento de los bienes de esta tierra.
San José, obtén para mí de Jesús el camino estrecho hacia el Cielo.
San José, consígueme de Jesús que me libre de toda ocasión de pecado.
San José, obtén para mí de Jesús un santo deseo del Paraíso.
San José, obtén para mí de Jesús la máxima perseverancia.
San José, no me apartes de ti.
San José, que mi corazón nunca deje de amarte y mi lengua nunca deje de alabarte.
San José, por el amor que le diste a Jesús, ayúdame a amarlo.
San José, dígnate acogerme como devoto tuyo.
San José, me entrego a ti: acógeme y socórreme.
San José, no me abandones en la hora de la muerte.
Jesús, José y María, os doy mi corazón y mi alma.
Jesús, José y María, ayudadme en mi agonía final.
Jesús, José y María, que mi alma parta en paz con vosotros.
Jesús, José y María, que mi último alimento sea la Sagrada Eucaristía.
3 Gloria
ORACIÓN: San José, queridísimo, acepta esta súplica mía y dispone mi espíritu y mi mente para poder acoger con toda prontitud la gracia que sin duda vendrá a mí de tus manos. Por favor, convierte mi vida.
CIERRE DEL MANTO SAGRADO
Oh Glorioso Patriarca San José, que por Dios fuiste puesto como cabeza y guardián de la más santa de las familias, dígnate ser el guardián de mi alma, que pide ser recibida bajo el manto de tu protección. Yo, desde este momento, te elijo mi padre, mi protector, mi guía, y pongo bajo tu especial tutela mi alma, mi cuerpo, todo lo que tengo y todo lo que soy, mi vida y mi muerte. Mírame como hijo tuyo; defiéndeme de todos mis enemigos visibles e invisibles; ayúdame en todas mis necesidades; consuélame en la amargura de la vida, pero sobre todo en la agonía de la muerte. Dirige una palabra por mí al amoroso Redentor que, siendo Niño, tuviste en tus brazos, y a la gloriosa Virgen de la que fuiste Amado Esposo. Obtén para mí las bendiciones que consideres más útiles para mi verdadero bien, para mi salvación eterna, y procuraré no hacerme indigno de tu especial protección. Amén.
El significado de San José

El papel de San José en la Sagrada Familia muestra la importancia de la guía, la protección y la humildad en la vida familiar. Piensa en las acciones de José cuando María le dijo que esperaba a Jesús. En lugar de reaccionar con ira o incredulidad, escuchó el mensaje de Dios a través del ángel. Eligió guiar y proteger a María y a Jesús, mostrando paciencia y confianza. Esto te enseña lo crucial que es ser comprensivo y solidario en tu familia.
José también mostró una humildad increíble. No buscaba atención ni alabanzas. En lugar de eso, trabajó tranquilamente como carpintero, asegurándose de que su familia tuviera lo que necesitaba. Imagina la sensación de seguridad que aportó a María y a Jesús con sus manos seguras y su corazón cariñoso. Tú puedes seguir su ejemplo contribuyendo al bienestar de tu familia sin buscar el aplauso.
Por último, la fe inquebrantable de José en el plan de Dios, incluso cuando era difícil, es una poderosa lección para ti. Afrontar los retos familiares con fe y confianza en que las cosas saldrán bien puede marcar la diferencia. La vida de San José es una guía maravillosa para guiar a tu familia con amor, humildad y apoyo inquebrantable.
Orígenes históricos de la oración
Los orígenes de la oración familiar se remontan a antiguas tradiciones en las que las familias se reunían para buscar la guía y la protección divinas. Durante miles de años, las familias han encontrado consuelo y unidad rezando juntas. Esta práctica no es sólo una invención moderna; está profundamente arraigada en la historia. Imaginemos a las familias de la antigüedad, sentadas juntas alrededor de una hoguera, pidiendo bendiciones para sus cosechas, su salud y su seguridad. Estas primeras oraciones eran una forma de conectar con lo divino y garantizar la protección de los seres queridos.
San José, el padre terrenal de Jesús, desempeña un papel importante en la historia de la oración familiar. Los primeros cristianos lo veían como el modelo ideal de padre amoroso y protector. Empezaron a invocar su nombre, pidiendo su intercesión, especialmente en asuntos familiares. Con el tiempo, se desarrollaron oraciones y devociones específicas a San José, como la Oración del Santo Manto de San José por la Familia.
Beneficios espirituales para las familias

Rezar juntos en familia puede reforzar los lazos espirituales y aportar un sentimiento de paz y unidad a su hogar. Cuando se reúnen para recitar la Oración del Santo Manto de San José, no sólo invitan a las bendiciones divinas, sino que también fomentan una conexión más profunda entre ustedes. Esta práctica puede tener efectos transformadores en su vida familiar.
Considere estos beneficios espirituales:
- Comunicación mejorada: La oración regular en familia crea un espacio para conversaciones abiertas y sinceras, que ayudan a entenderse mejor.
- Apoyo emocional: Compartir el tiempo de oración puede ofrecer consuelo en los momentos difíciles, recordando a todos que no están solos y que se tienen los unos a los otros.
- Fortalecer la fe: La oración constante alimenta una fe compartida, haciendo que su base espiritual sea más fuerte y resistente.
Imagine el consuelo de saber que todos los miembros de su familia rezan por las mismas intenciones, apoyándose espiritualmente unos a otros. Tanto si te enfrentas a un reto como si celebras una alegría, rezar juntos puede hacer que estos momentos sean más significativos. Al integrar la Oración del Santo Manto de San José en su rutina, está creando una tradición espiritual que puede transmitirse de generación en generación, enriqueciendo el camino de fe de su familia.
Cómo rezar
Para empezar a recitar la Oración del Manto Sagrado de San José En familia, reúnanse en un espacio tranquilo y cómodo donde todos puedan concentrarse. Puede ser el salón, un rincón especial para la oración o incluso alrededor de la mesa del comedor. Asegúrate de que todos estén cómodamente sentados y tengan una copia de la oración.
Empieza encendiendo una vela para crear una atmósfera de paz. Puedes empezar con un momento de silencio para ayudar a todos a centrar sus pensamientos. Una persona puede dirigir la oración, o podéis turnaros para leer cada línea o párrafo en voz alta.
Hable despacio y con claridad, dejando que las palabras resuenen. Anima a todos a cerrar los ojos y escuchar de verdad. Si hay niños pequeños, explíqueles el significado de las palabras para que puedan entenderlas.
Después de terminar la oración, tómense unos momentos para reflexionar juntos. Podéis compartir lo que ha surgido en cada persona o cualquier pensamiento que haya surgido. Por último, concluye apagando la vela y ofreciendo un simple "Amén" o "Gracias, San José".
Preguntas más frecuentes
¿Quién escribió la oración del Santo Manto de San José?
Se preguntarán quién escribió la Oración del Manto sagrado por San José. Se cree que esta oración fue creada por devotos seguidores de San José, pero no existe un autor único reconocido oficialmente. Forma parte de la oraciones católicas tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Si desea entender más o hacer uso de la oración, sepa que es una parte valiosa de las prácticas espirituales de muchas familias.
¿Está reconocida la oración por la Iglesia católica?
Sí, la oración está reconocida por la Iglesia católica. Si busca oraciones aprobadas por la Iglesia, a menudo las encontrará en libros de oraciones oficiales o aprobadas por líderes religiosos. La Oración del Santo Manto de San José es un ejemplo de ello. Puede utilizarla para pedir la intercesión de San José para su familia, sabiendo que se ajusta a las enseñanzas y tradiciones católicas. Pruebe a utilizarla para encontrar consuelo espiritual.
¿Puede recitarse la oración individualmente o sólo en familia?
Puede recitar la oración individualmente que en familia. Es flexible y está diseñado para adaptarse a sus necesidades. Por ejemplo, si buscas orientación o consuelo personal, puedes recitarla solo. Si, por el contrario, quieres reforzar los lazos familiares y buscar protección juntos, recitarla en familia funciona igual de bien. Sólo tienes que elegir lo que más te convenga a ti y a tus seres queridos.
¿Hay ocasiones especiales para recitar esta oración?
Probablemente se pregunte si hay ocasiones especiales recitar esta oración. Sí, puede recitarla durante acontecimientos familiares significativos como bodas, aniversarios o incluso en momentos difíciles para pedir orientación. También es bueno recitarlo en Fiestas de San Joséque son el 19 de marzo y el 1 de mayo. Recuerda que no necesitas una ocasión especial para rezar; cualquier momento en que sientas la necesidad es perfecto.
¿En qué lengua estaba escrita la oración original?
Quizá se pregunte cuál es la lengua original de esta oración. A menudo se cree que muchas oraciones tradicionales, incluida ésta, se escribieron originalmente en latín. El latín ha sido la lengua universal de la Iglesia durante siglos. Por eso, si la recitas en inglés o en otro idioma, recuerda que es una traducción del latín original. Esto ayuda a mantener viva la rica historia y tradición de la oración.